El sueño de Stravinsky (fragmento)
Me puse una corona cuando nadie me lo pidió
Y alcé la voz cuando todos callaban ignorantes.
Me propuse no dormir durante cien días.
Me propuse amar a todas en una noche.
El tiempo ha llegado a mi frente y a mis manos
Mas mi corazón aún arde como sol que emerge sobre el campo.
La mía es sólo una historia
Y viven en ella todos los grandes héroes que han sido olvidados.
Y mientras los vientos de esos noviembres dolorosos golpean mi piel
—son vientos que se pierden y difuminan en los tímidos minutos—
Aquí espero a que el amanecer me eleve de nuevo.
A que se coma mi nostalgia.
A que se beba mi sangre de hombre.